Uno de los errores más comunes de muchos guitarristas, es que le dedican mucho tiempo a la parte solista, y muy poco a la rítmica. El ritmo que le imprimamos a nuestras frases en un solo, es tan importante o más que las propias notas que utilicemos. En definitiva, que es imposible ser un gran solista, sin haber desarrollado un gran sentido del ritmo.
Así que dedicar una parte del tiempo de practica, al estudio de diferentes figuras y patrones rítmicos, es algo que nos beneficiará mucho.
Uno de los estudios que más me han aportado en este aspecto es el del Funk, cuya figura principal es la semicorchea (cuatro notas por tiempo) y jugando con combinaciones en las que hacemos sonar unas y silenciamos o muteamos (tecnica que explico mas abajo) otras, podemos obtener multitud de patrones diferentes dentro de un solo compás. El compás mas común es el de 4/4, en el que entran cuatro grupos de cuatro semicorcheas, en total 16 notas.
Lo primero que tenemos que conseguir para poder estudiar estos patrones, es ser capaces de tocar semicorcheas seguidas, encima de un metrónomo, sin que nos vayamos de tiempo. Esto lo podemos practicar muteando las cuerdas a base de apoyar ligeramente los dedos de la mano izquierda (si no eres zurdo, claro) sobre ellas. De esta forma conseguiremos un sonido seco, con el que escucharemos con mucha claridad, las pulsaciones que efectuemos con la púa, que es lo que nos interesa en este ejercicio. También es muy importante que con cada pulsación pasemos por encima de todas las cuerdas. A una velocidad de 60 bps (bits por segundo), nos sonaría así:
Una vez conseguido esto, el siguiente paso es hacer sonar con un acorde, cualquiera de las cuatro notas que compone un grupo de semicorcheas. En los ejemplos que podéis ver abajo, he utilizado un acorde de novena, concretamente este:
Aunque podéis utilizar cualquier otro acorde, preferentemente con cejilla, ya que inmediatamente después de hacerlo sonar, tenemos que mutearlo. Cosa que conseguimos levantando los dedos del acorde, pero sin dejar de tocar las cuerdas, de forma que queden como he explicado en el ejemplo anterior, rozándolas ligeramente. O sea, que las semicorchear que no hacemos sonar con el acorde, también las hacemos sonar, pero con el sonido seco del ejemplo anterior.
Este efecto de combinar el sonido de un acorde con el sonido que conseguimos rascando las cuerdas muteadas, es muy utilizado en el estilo Funk. Aunque también es muy conveniente practicar estos ejercicios, sustituyendo los rascados por silencios, pero sin dejar de mover la mano, o sea pasando por encima de las cuerdas sin tocarlas con la púa. De esta forma la mano siempre estará en la posición adecuada para hacer sonar el acorde, ya sea desde arriba o desde abajo.
Para no perdernos en estos ejercicios, lo ideal es contar las semicorcheas de cada grupo, por ejemplo así: un dos tres cua un dos tres cua etc… así sabremos siempre cual es la nota que tenemos que hacer sonar con el acorde.
Aquí tenéis los cuatro ejercicios, con sus respectivos audios, tocados a 60 bpm:
Ejercicio 1
Ejercicio 2
Ejercicio 3
Ejercicio 4
Una vez dominados estos ejercicios, deberíamos ir incrementando su velocidad de forma paulatina, muy poco a poco, dos o tres bits a partir de la velocidad que ya tengamos dominada. Con el tiempo, llegaremos a velocidades mucho mas altas. Los rangos de velocidad mas habituales que se suelen utilizar para patrones rítmicos basados en semicorcheas, oscilan entre 80 y 120 bpm. A veces más rápidos.